El primer idolo de Boca fue el guardametas Americo Tesoriere. A partir de alli, desfilaron por el club un alto numero de jugadores que debido a su calidad, su espiritu de lucha o su carisma, se han destacado del resto para convertirse en idolos. Todos ellos vistieron la azul y oro, y hoy ocupan un podio donde solo los elegidos pueden llegar.